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viernes, 7 de junio de 2013

GRANDES CIVILIZACIONES AGRICOLAS

                                    LAS GRANDES CIVILIZACIONES AGRICOLAS
 Egipto
Mesopotamia
India
China

 EGIPTO
La revolución urbana ocurrió hace aproximadamente seis mil años, en lugares separados en distancia y tiempo.
La civilización egipcia se estableció en una región ubicada al noreste de África,  entre los desiertos de Libia y Arabia, cruzada por el Nilo, uno de los ríos más largos del mundo.
 De julio a noviembre, las aguas del Nilo inundan todo el valle, dejando una capa de lodo (limo) al volver a su cauce y la humedad suficiente para labores agrícolas. Este desbordamiento, unido al calor del desierto, han hecho de esta región una zona muy fértil. Ese valle, de más de mil kilómetros, es conocido como el Alto Egipto. En su desembocadura, el Nilo se divide en numerosos brazos, formando un delta, ahí se asentó el Bajo Egipto.
 De esta forma, el medio geográfico favoreció el asentamiento de grupos humanos y el desarrollo de una gran civilización. Egipto fue durante mucho tiempo el granero donde incluso pueblos vecinos acudían en busca de alimentos cuando éstos escaseaban. Estas incursiones a veces fueron pacíficas y en otras violentas.
 El desierto que rodea a Egipto fue un elemento natural protector contra ataques enemigos, de manera que pudo desarrollar una cultura que, sufrió menos invasiones que otros pueblos, como Mesopotamia.
 Las primeras tribus que poblaron lo que después se conocería como Imperio Egipcio se establecieron en aldeas a orillas del Nilo entre los años 8000 y 5500 a. C. Con el tiempo, esas aldeas, conocidas como nomos, se unificaron hasta formar dos reinos: el Alto Egipto, al Sur, y el Bajo Egipto, al Norte.
 En el año 3100 a. C., Menes logró la unificación de los reinos al dominar el Bajo Egipto, convirtiéndose en el primer faraón. Fundó el Imperio Antiguo, con capital en Menfis e inició las dinastías.

 Una dinastía es una serie de gobernantes pertenecientes a una misma familia que ocupaban el trono y conservaban el poder de manera hereditaria. En muchas culturas antiguas el gobierno se organizaba por dinastías.
 Durante el Imperio Antiguo, aumentó el poder del faraón; sin embargo, prosperaron la agricultura, el comercio, la cultura, se construyeron las pirámides, se generalizó el uso de los metales y se inventó la escritura jeroglífica.

A partir de la séptima dinastía, la situación de los campesinos, que siempre habían vivido en un estado de servidumbre, empeoró. Las razones fueron un periodo de sequía que disminuyó el nivel de las inundaciones del Nilo ocasionando menos cosechas; así como sucesivas rebeliones. Los faraones perdieron el control del gobierno y extranjeros asiáticos se posesionaron de la región del delta, con lo que decayó el Imperio Antiguo.

Hacia 2160 a. C., la ciudad de Tebas venció a los extranjeros y logró la unificación egipcia dando inicio el Imperio Medio. En esta etapa se reorganizó la administración y hubo un aumento general de la producción. El Imperio Medio duró hasta 1680 a. C., año que Egipto fue invadido por los hicsos, pueblos guerreros de Asia, los cuales tenían adelantos en armas y estrategias militares desconocidos para los egipcios, quienes además llevaron a Egipto el uso del caballo y el hierro.
 Asimismo, durante esta época, llegó a Egipto el pueblo hebreo, procedente del Asia Menor.

Alrededor de 1580-1600 a. C., los gobernantes de Tebas (Alto Egipto), expulsaron a los hicsos y fundaron el Nuevo Imperio. Con los adelantos bélicos aprendidos de los invasores, los egipcios iniciaron una etapa de conquistas y expansión territorial que se extendió a Sudán, Etiopía, Libia y Asia Menor.

Hacia 1200 a. C. Egipto fue atacado constantemente por pueblos provenientes de islas mediterráneas, lo cual generó un periodo de decadencia; durante él, los sacerdotes se aliaron a los libios, nubios y asirios que, sucesivamente, impusieron su forma de gobierno.
En 525 a. C., Egipto fue conquistado por los persas. Por los griegos en 332 a. C. y, finalmente, en 30 a. C. por los romanos.

MESOPOTAMIA

La ubicación geográfica de esta zona y lo fértil de sus tierras la hizo codiciada e invadida por muchos pueblos los cuales luchaban constantemente por conquistarla. Los sumerios, primeros habitantes de Mesopotamia, comenzaron a establecerse en la zona sur de estos territorios a partir del año 5200 a. C.; sin embargo, las ciudades más antiguas datan del año 4000 a. C.

En esta región se establecieron también los acadios quienes conquistaron a los sumerios, en 2300 a. C., y fundaron la ciudad de Acad. éstos, a su vez, fueron invadidos por pueblos procedentes del Este de Mesopotamia.

En 1770 a. C., la ciudad de Babilonia, habitada por los amoritas, se convirtió en un gran centro comercial y cultural. Su posición geográfica (entre la India y el Mediterráneo) y la cercanía de los dos ríos, Tigris y Éufrates, que facilitaban el transporte de mercancías, hicieron de la ciudad el paso obligado de muchos mercaderes, quienes trajeron influencias culturales de las tierras cercanas.

Babilonia, fue la primera ciudad en contar con un código de leyes escritas. Su rey, Hammurabi, formuló una serie de leyes que unidas constituyen el primer código de la humanidad, el cual lleva su nombre. Este gobernante unificó políticamente a las ciudades cercanas e conquistó diversos pueblos, lo que se tradujo en un periodo de orden, prosperidad y progreso.

     Sin embargo, en 1530 a. C., los casitas, habitantes del centro de Asia, se apoderaron de Babilonia y establecieron un dominio que duró más de cuatrocientos años. Los conquistadores pronto se mezclaron con los amoritas y su sociedad logró estabilidad interna y un progreso notables hasta 612 a.C., cuando dicha estabilidad fue quebrantada por la invasión de los caldeos, quienes llevaron influencias culturales de Asiria y, durante casi cien años, se dedicaron a proteger la ciudad de Babilonia, hasta convertirla en una de las más bellas y ricas de su época.

  INDIA

En la India antigua se cultivaba trigo, árboles frutales, arroz y algodón por lo que, como en las regiones de Egipto y Mesopotamia, la alimentación, los materiales para vestir y la madera para construir casas estaban aseguradas; además se domesticaron animales como cerdo, oveja y camellos.

En esta región se establecieron los drávidas, pobladores de piel morena, (2700 a. C). Para 2300 a. C. habían fundado ciudades como las de Harapa y Mohenjo Daro, con casas construidas con ladrillos cocidos.

Hacia 1800 a. C., hubo invasiones sucesivas de grupos arios, nómadas y guerreros provenientes del Este de Asia, quienes tenían elementos bélicos y culturales –como la utilización del arco y la flecha, el uso del caballo y los perros para la caza– desconocidos por los drávidas, que invadieron territorios hindús.

Los arios penetraron la India a través de los pasos montañosos del Noroeste; sin embargo, en su conquista no exterminaron habitantes, sino prefirieron convertirlos en esclavos. Hubo pobladores que pudieron huir hacia las montañas, donde los invasores no podían imponerse. No obstante, los arios se hicieron señores de las tierras más ricas de la India y obligaron a sus habitantes a realizar trabajos pesados.

     Este fue el origen de las cuatro castas que aún perduran: los brahamanes (sacerdotes y letrados); los chatrias (militares y guerreros); los vaisas (propietarios, industriales, comerciantes, artesanos) y los sudras (jornaleros y campesinos).

     Las tres primeras castas eran exclusivas de los conquistadores. La cuarta estaba formada por el pueblo conquistado, al que se consideraba despreciable. Esta división social persiste y está tan arraigada que de poco han servido los esfuerzos y las leyes expedidas en su contra.

     Las castas son grupos humanos que, al estar separados de los demás por alguna característica especial (color de la piel, profesión, familia o posición económica) se les discrimina.
 CHINA

La cultura china se desarrolló en el extremo Este del continente asiático, en las cuencas de los ríos Hoang-Ho y Yang-Tse-Kiang, donde el océano Pacífico, por un lado, y el desierto de Gobi, por el otro, impidieron la comunicación con otros pueblos. La cadena de los montes Tsinling, que van desde el Tíbet hasta la llanura del Yang-Tse-Kiang, cortan transversalmente al imperio. La gran llanura china fue, por espacio de muchos siglos, un terreno propicio para las invasiones de los nómadas de las estepas; pero la región circundada por montañas era infranqueable.

     Probablemente el centro originario de la civilización china fue la cuenca fluvial del Hoang-Ho, desde donde se extendió hasta la China propiamente dicha, ocupando incluso las zonas periféricas (Tíbet, Mongolia, Ching-Kiang, Manchuria), donde aún viven descendientes de estos grupos.

     Al igual que en las otras regiones –Egipto, Mesopotamia y la India–, las condiciones de los ríos y el clima de la región determinaron el desarrollo de este pueblo: el clima en esta parte de Asia es de tipo monzónico; es decir, con fuertes vientos (monzones), que durante el verano soplan del mar hacia la tierra y traen las lluvias; pero en invierno soplan de la tierra al mar y son muy secos.

     Cuando las lluvias del monzón llegaban a tiempo y no eran demasiado fuertes, las cosechas eran buenas, había alimento para el pueblo e incluso se almacenaban granos; sin embargo, en épocas de sequía o cuando llovía demasiado y las cosechas se inundaban, morían de hambre millares de personas. Ante estos desastres muchas familias vendían a sus hijos o los propios padres se vendían como esclavos para subsistir.

     Los restos arqueológicos hallados en esta región indican que desde 4000 a. C. existió vida organizada. Sin embargo, se considera que los diversos grupos se hicieron sedentarios hacia 2000 a. C.

     En un principio dominaban pequeños señoríos los cuales luchaban entre sí. A éstos se les conoció como los Estados Guerreros. Éstos, debido a los constantes conflictos que tenían, formaban alianzas. Algunos se hicieron más fuertes con el tiempo y fueron acumulando poder los territorios que dominaban, formando un gobierno central, que pudo mantener por más de ocho siglos su autoridad sobre el resto de las regiones. Durante esta época hubo un gran avance en el desarrollo de la cultura china.

     Sin embargo, diversas invasiones y contactos con otros pueblos modificaron poco a poco las condiciones del pueblo chino. Un pueblo que vivía en el norte, en la región de Manchuria, dominó pronto todo el territorio.


     Ayudados por un enorme aparato burocrático y militar, los manchúes crearon una dinastía llamada Manchú, que ejerció el poder a través de emperadores a los que se consideraba que gobernaban por mandato divino y debían ser buenos y justos para lograr el bienestar de su pueblo. Este periodo duró hasta 1912.

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