LAS GRANDES CIVILIZACIONES AGRICOLAS
Egipto
Mesopotamia
India
China
EGIPTO
La revolución urbana ocurrió hace aproximadamente seis mil
años, en lugares separados en distancia y tiempo.
La civilización egipcia se estableció en una región ubicada
al noreste de África, entre los
desiertos de Libia y Arabia, cruzada por el Nilo, uno de los ríos más largos
del mundo.
De julio a noviembre,
las aguas del Nilo inundan todo el valle, dejando una capa de lodo (limo) al
volver a su cauce y la humedad suficiente para labores agrícolas. Este
desbordamiento, unido al calor del desierto, han hecho de esta región una zona
muy fértil. Ese valle, de más de mil kilómetros, es conocido como el Alto
Egipto. En su desembocadura, el Nilo se divide en numerosos brazos, formando un
delta, ahí se asentó el Bajo Egipto.
De esta forma, el
medio geográfico favoreció el asentamiento de grupos humanos y el desarrollo de
una gran civilización. Egipto fue durante mucho tiempo el granero donde incluso
pueblos vecinos acudían en busca de alimentos cuando éstos escaseaban. Estas
incursiones a veces fueron pacíficas y en otras violentas.
El desierto que rodea
a Egipto fue un elemento natural protector contra ataques enemigos, de manera
que pudo desarrollar una cultura que, sufrió menos invasiones que otros
pueblos, como Mesopotamia.
Las primeras tribus
que poblaron lo que después se conocería como Imperio Egipcio se establecieron
en aldeas a orillas del Nilo entre los años 8000 y 5500 a. C. Con el tiempo,
esas aldeas, conocidas como nomos, se unificaron hasta formar dos reinos: el
Alto Egipto, al Sur, y el Bajo Egipto, al Norte.
En el año 3100 a. C.,
Menes logró la unificación de los reinos al dominar el Bajo Egipto,
convirtiéndose en el primer faraón. Fundó el Imperio Antiguo, con capital en
Menfis e inició las dinastías.
Una dinastía es una
serie de gobernantes pertenecientes a una misma familia que ocupaban el trono y
conservaban el poder de manera hereditaria. En muchas culturas antiguas el
gobierno se organizaba por dinastías.
Durante el Imperio
Antiguo, aumentó el poder del faraón; sin embargo, prosperaron la agricultura,
el comercio, la cultura, se construyeron las pirámides, se generalizó el uso de
los metales y se inventó la escritura jeroglífica.
A partir de la séptima dinastía, la situación de los
campesinos, que siempre habían vivido en un estado de servidumbre, empeoró. Las
razones fueron un periodo de sequía que disminuyó el nivel de las inundaciones
del Nilo ocasionando menos cosechas; así como sucesivas rebeliones. Los
faraones perdieron el control del gobierno y extranjeros asiáticos se
posesionaron de la región del delta, con lo que decayó el Imperio Antiguo.
Hacia 2160 a. C., la ciudad de Tebas venció a los
extranjeros y logró la unificación egipcia dando inicio el Imperio Medio. En
esta etapa se reorganizó la administración y hubo un aumento general de la
producción. El Imperio Medio duró hasta 1680 a. C., año que Egipto fue invadido
por los hicsos, pueblos guerreros de Asia, los cuales tenían adelantos en armas
y estrategias militares desconocidos para los egipcios, quienes además llevaron
a Egipto el uso del caballo y el hierro.
Alrededor de 1580-1600 a. C., los gobernantes de Tebas (Alto
Egipto), expulsaron a los hicsos y fundaron el Nuevo Imperio. Con los adelantos
bélicos aprendidos de los invasores, los egipcios iniciaron una etapa de
conquistas y expansión territorial que se extendió a Sudán, Etiopía, Libia y
Asia Menor.
Hacia 1200 a. C. Egipto fue atacado constantemente por
pueblos provenientes de islas mediterráneas, lo cual generó un periodo de
decadencia; durante él, los sacerdotes se aliaron a los libios, nubios y
asirios que, sucesivamente, impusieron su forma de gobierno.
En 525 a. C., Egipto fue conquistado por los persas. Por los
griegos en 332 a. C. y, finalmente, en 30 a. C. por los romanos.
MESOPOTAMIA
La ubicación geográfica de esta zona y lo fértil de sus
tierras la hizo codiciada e invadida por muchos pueblos los cuales luchaban
constantemente por conquistarla. Los sumerios, primeros habitantes de
Mesopotamia, comenzaron a establecerse en la zona sur de estos territorios a
partir del año 5200 a. C.; sin embargo, las ciudades más antiguas datan del año
4000 a. C.
En esta región se
establecieron también los acadios quienes conquistaron a los sumerios, en 2300
a. C., y fundaron la ciudad de Acad. éstos, a su vez, fueron invadidos por
pueblos procedentes del Este de Mesopotamia.
En 1770 a. C., la
ciudad de Babilonia, habitada por los amoritas, se convirtió en un gran centro
comercial y cultural. Su posición geográfica (entre la India y el Mediterráneo)
y la cercanía de los dos ríos, Tigris y Éufrates, que facilitaban el transporte
de mercancías, hicieron de la ciudad el paso obligado de muchos mercaderes,
quienes trajeron influencias culturales de las tierras cercanas.
Babilonia, fue la
primera ciudad en contar con un código de leyes escritas. Su rey, Hammurabi,
formuló una serie de leyes que unidas constituyen el primer código de la
humanidad, el cual lleva su nombre. Este gobernante unificó políticamente a las
ciudades cercanas e conquistó diversos pueblos, lo que se tradujo en un periodo
de orden, prosperidad y progreso.
Sin embargo, en
1530 a. C., los casitas, habitantes del centro de Asia, se apoderaron de
Babilonia y establecieron un dominio que duró más de cuatrocientos años. Los
conquistadores pronto se mezclaron con los amoritas y su sociedad logró
estabilidad interna y un progreso notables hasta 612 a.C., cuando dicha
estabilidad fue quebrantada por la invasión de los caldeos, quienes llevaron
influencias culturales de Asiria y, durante casi cien años, se dedicaron a
proteger la ciudad de Babilonia, hasta convertirla en una de las más bellas y
ricas de su época.
INDIA
En la India antigua se cultivaba trigo, árboles frutales,
arroz y algodón por lo que, como en las regiones de Egipto y Mesopotamia, la
alimentación, los materiales para vestir y la madera para construir casas estaban
aseguradas; además se domesticaron animales como cerdo, oveja y camellos.
En esta región se
establecieron los drávidas, pobladores de piel morena, (2700 a. C). Para 2300
a. C. habían fundado ciudades como las de Harapa y Mohenjo Daro, con casas
construidas con ladrillos cocidos.
Hacia 1800 a. C.,
hubo invasiones sucesivas de grupos arios, nómadas y guerreros provenientes del
Este de Asia, quienes tenían elementos bélicos y culturales –como la
utilización del arco y la flecha, el uso del caballo y los perros para la caza–
desconocidos por los drávidas, que invadieron territorios hindús.
Los arios
penetraron la India a través de los pasos montañosos del Noroeste; sin embargo,
en su conquista no exterminaron habitantes, sino prefirieron convertirlos en
esclavos. Hubo pobladores que pudieron huir hacia las montañas, donde los
invasores no podían imponerse. No obstante, los arios se hicieron señores de
las tierras más ricas de la India y obligaron a sus habitantes a realizar
trabajos pesados.
Este fue el
origen de las cuatro castas que aún perduran: los brahamanes (sacerdotes y
letrados); los chatrias (militares y guerreros); los vaisas (propietarios,
industriales, comerciantes, artesanos) y los sudras (jornaleros y campesinos).
Las tres primeras
castas eran exclusivas de los conquistadores. La cuarta estaba formada por el
pueblo conquistado, al que se consideraba despreciable. Esta división social
persiste y está tan arraigada que de poco han servido los esfuerzos y las leyes
expedidas en su contra.
Las castas son
grupos humanos que, al estar separados de los demás por alguna característica
especial (color de la piel, profesión, familia o posición económica) se les
discrimina.
CHINA
La cultura china se desarrolló en el extremo Este del
continente asiático, en las cuencas de los ríos Hoang-Ho y Yang-Tse-Kiang,
donde el océano Pacífico, por un lado, y el desierto de Gobi, por el otro,
impidieron la comunicación con otros pueblos. La cadena de los montes Tsinling,
que van desde el Tíbet hasta la llanura del Yang-Tse-Kiang, cortan
transversalmente al imperio. La gran llanura china fue, por espacio de muchos
siglos, un terreno propicio para las invasiones de los nómadas de las estepas;
pero la región circundada por montañas era infranqueable.
Probablemente el
centro originario de la civilización china fue la cuenca fluvial del Hoang-Ho,
desde donde se extendió hasta la China propiamente dicha, ocupando incluso las
zonas periféricas (Tíbet, Mongolia, Ching-Kiang, Manchuria), donde aún viven
descendientes de estos grupos.
Al igual que en
las otras regiones –Egipto, Mesopotamia y la India–, las condiciones de los
ríos y el clima de la región determinaron el desarrollo de este pueblo: el
clima en esta parte de Asia es de tipo monzónico; es decir, con fuertes vientos
(monzones), que durante el verano soplan del mar hacia la tierra y traen las
lluvias; pero en invierno soplan de la tierra al mar y son muy secos.
Cuando las
lluvias del monzón llegaban a tiempo y no eran demasiado fuertes, las cosechas
eran buenas, había alimento para el pueblo e incluso se almacenaban granos; sin
embargo, en épocas de sequía o cuando llovía demasiado y las cosechas se
inundaban, morían de hambre millares de personas. Ante estos desastres muchas
familias vendían a sus hijos o los propios padres se vendían como esclavos para
subsistir.
Los restos
arqueológicos hallados en esta región indican que desde 4000 a. C. existió vida
organizada. Sin embargo, se considera que los diversos grupos se hicieron
sedentarios hacia 2000 a. C.
En un principio
dominaban pequeños señoríos los cuales luchaban entre sí. A éstos se les
conoció como los Estados Guerreros. Éstos, debido a los constantes conflictos
que tenían, formaban alianzas. Algunos se hicieron más fuertes con el tiempo y
fueron acumulando poder los territorios que dominaban, formando un gobierno
central, que pudo mantener por más de ocho siglos su autoridad sobre el resto
de las regiones. Durante esta época hubo un gran avance en el desarrollo de la
cultura china.
Sin embargo,
diversas invasiones y contactos con otros pueblos modificaron poco a poco las
condiciones del pueblo chino. Un pueblo que vivía en el norte, en la región de
Manchuria, dominó pronto todo el territorio.
Ayudados por un
enorme aparato burocrático y militar, los manchúes crearon una dinastía llamada
Manchú, que ejerció el poder a través de emperadores a los que se consideraba
que gobernaban por mandato divino y debían ser buenos y justos para lograr el
bienestar de su pueblo. Este periodo duró hasta 1912.
No hay comentarios:
Publicar un comentario